martes, 20 de octubre de 2009

Vaya fin de semana...

Está claro que lo que no me pase a mí en esta ciudad, no le pasa a nadie. Y es que el sábado me lo pasé haciendo el vago todo el día, prácticamente. Sólo hice algo por la noche: me había avisado Jesús de que era el día, y yo tenía pase vip: inauguraban su piso. Y como en teoría el domingo íbamos a ir a Como (un lago que hay en Milán) pero como el sábado por la tarde, en mi habitual visita al Lidl, se lió a llover como si no hubiera llovido nunca, me dijeron que no íbamos.


Aún así, me fui pronto de la fiesta de Jesús, Cris y Carmen porque si no iba a ser imposible volver antes de las 5 a casa. Y me dijeron con los que fui (Irma, Pedro y Verónica) que me fuera con ellos un rato. Así que fui, y empecé a encontrarme mal y Yasmina, Sara y María (a la que acababa de conocer) tuvieron que acompañarme a casa.


El domingo lo pasé fatal, todo el día vomitando... aunque no voy a dar detalles de eso.


Ya ayer conseguí moverme, y empezar a comer algo, y fui a clase pero entre que me habían despertado con las obras que han decidido hacer en el patio de mi casa (que no es particular, precisamente) y que todavía estaba algo pocha, y que tenía el estómago vacío, decidí irme un poco antes, comprarme un paquete de arroz, y después de sufrir para subir los 5 pisos me lo preparé, me conecté un ratito y me eché a dormir. El arroz estaba incomible, y encima calculé mal, hice el doble de lo que necesitaba... Pero fue la siesta lo que mejor me sentó.


Había quedado con Silvia y Bea para ir al curso de italiano, y allí hicimos un examen, extraño como él solo, y luego nos invitó Bea a cenar en su casa. Yo iba a comer solo jamón york, pero como ya había comprobado que un sandwich me había sentado bien, y lo que había era pasta, comí lo mismo que todos. Pero sin tomate.


Me vine a casa y me conecté, para variar. Así estuve hasta bastante tarde, porque la vecina no es nada considerada y grita, y para colmo su colchón hace ruidos... Así que estuve aguantando como pude, escuchando música.


Esta mañana, otra vez, han empezado con los ruidos a las 8 de la mañana... Me he fabricado unos tapones improvisados, y a las 10 y algo, cuando he decidido que era buen momento para levantarme, ya llevaban bastante rato sin hacer ruido. Son como los de Madrid, y como mi vecino de arriba en Móstoles: cuando saben que te han despertado ya, dejan de hacer ruido... Así que nada, me he comido unas galletitas de estrellitas para desayunar, me he dado una ducha y me he ido a clase con energías renovadas. Hoy hasta he conseguido entender algo, aunque tampoco demasiado...


Me he fotocopiado todos los apuntes de Maria Elisa, y me he despedido de ella, porque mañana se va a Londres. Así que veremos cómo sobrevivo en Linguaggio Giornalistico sin ella. Y aunque con la frase anterior dé la impresión de que sólo la quiero para que me deje los apuntes, no es cierto: me cae genial, me parece un encanto de niña. He dicho.


Me he venido a comer, con intención de comerme el arroz asquerosillo de ayer, y cuando lo he visto ha sido el momento de buscar un Plan B: judías verdes con atún y un tomate, y fruta. Y como intento ser responsable, en vez de dormir siesta me he ido a la lavandería. Puede que haya influido el ruido de las obras, pero era algo que había decidido por el camino. Así que allá que he ido, sin cargarme excesivamente, y con un libro (Tres sombreros de copa, y Lore llenando mi mueble de libros). He aprovechado para comprar folios, y post-its, y después de extender toda la ropa que no estaba seca del todo, me he ido con Bea al Lidl. Luego he subido, me he conectado y entre cena, hablar con unos y con otros, convencer a Cris de que se venga y demás, aquí estoy...

2 comentarios:

  1. si no tengo prácticas allá q me voy, si no tendrá q esperar un poco más

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  2. bueno, ya sabes que tenemos casa hasta el 30 de agosto, y que puedes venir las veces que quieras :)

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