miércoles, 28 de octubre de 2009

De peras asesinas o asesinas de peras

La última vez que supisteis largo y tendido sobre mí fue el domingo... Pues el lunes, como lunes que era, me fui a linguaggio giornalistico, fue una de esas intensas clases en las que intento entender algo y no lo consigo... O bueno, sí, algo entendí porque estuvo hablando de cuando le tocó cubrir la muerte de Franco... Y después de eso me encontré con los de Valladolid, y Sara, Andrea y Camino me entregaron la invitación para la inauguración del Palacete. Y de paso me fui con ellos a la mensa (que la tengo bastante abandonada, todo hay que decirlo). Allí vi cómo Andrea asesinaba a una pera para intentar comérsela. Y de paso, como no había postres cuando ella y Camino pasaron, y se lo habían apuntado en el ticket, y nadie se lo pidió, todos nos hicimos con provisiones de postres para casa. Yo robé una pera...


Desde la mensa pasé por el Lidl a comprar un par de cosas y me vine a casa a dormir la siesta antes de ir a italiano. Allí nos contó que vamos a hacer un par de excursiones, al museo Pietro Micca y al Palazzo Madama, y de paso nos dijo cuándo son los exámenes... Eso no me gustó tanto. Cuando salimos, perdidos y sin haber entendido nada de la clase, Silvia y yo nos fuimos andando, me di una ducha, me preparé algo de cena y conseguí ver un capítulo, algo bastante extraño tal y como va Wind últimamente...


El martes fue un día intenso... Otra de esas clases de linguaggio giornalistico dedicada a pensar la lista de las cosas que me tiene que traer Óscar cuando venga, a buscarme una cuñada y a contarnos la vida entre Cris y yo. Me dijeron que la clase de Arte e comunicazione estaba bastante bien, así que decidí probarla, ya que después de tantísimas horas cuadrando horarios, todavía se me solapaba una clase con italiano... Así que después de eso me fui a la mensa, me encontré a María y Marta las de bellas artes, y así como quien no quiere la cosa me senté con ellas a comer. Y como cuando acabé sólo eran las 2 y media y hasta las 4 no tenía esa clase, me vine a casa para preparar todas las cosas que me tenía que imprimir, para llevarlas y así hacer tiempo. Al final a la clase llegué un poco tarde, y cuando pude hablar con el profe me dijo que no había problema por haber faltado a clase durante un mes... Tengo que leerme y estudiarme el libro que él estaba leyendo, y hacer un trabajo sobre arte. Se me empiezan a acumular las cosas, voy a tener que ir buscando ya los libros... Después de la clase pasé por el H&M a comprarme el gorro del que tantas ganas tenía, aunque de momento prefiero que no llegue el frío para tener que estrenarlo.


Ya en casa me duché y me conecté para hablar con la gente antes de irme a la fiesta en el Palacete. Hablé con las niñas, aunque Noe apenas me habló 2 minutos, y Paula me enseñó cómo habla inglés. A las 9 y poco me fui, y se acababa de ir un tranvía. Después de media hora esperando al siguiente con Fran, cuando por fin llegó iba lleno de españoles, unos que iban a cenar a casa de otro, y los demás íbamos todos al mismo sitio. Al que por cierto, nos perdimos un poco, pero poco, que sólo tuvimos que llamar una vez.


La fiesta fue divertida. Entre subastas de tangas para financiar una cámara de fotos rota e intentos de tirar por la terraza, llegó un momento en que la gente no quería salir y la Sala VIP terminó convirtiéndose en la sala de los dormidos. Yo estuve unos 5 minutos en ella, hasta que decidieron que nos fuéramos, así que pidieron un taxi y terminamos en el Xo. Y llevaba razón Silvia: la música de allí me gusta. Allí estaba todo el mundo, aunque cuando quisimos llegar ya quedaba sólo un rato para que cerraran. Llegué a casa a las 5, y me eché a dormir, pero entre pitos y flautas, o entre las obras y mi tos, he dormido fatal y me he levantado cansada, y con el día de morriña. Tanto que lo único que he hecho de provecho en todo el día ha sido ir a italiano, en el que nos ha explicado los pronombres y le hemos jodido la vida a un niño. En grupos teníamos que hacer un anuncio de Nutella (para el que nos han puesto una foto de un bote de 5 kg), y mientras el resto de grupos han hablado de familias felices y padres que daban nutella a sus hijos, Silvia, el francés y yo hemos hablado de un niño que estaba muy feliz desayunando su bocata de nutella hasta que llegó su padre y le dijo que eso no era sano para él. Cuando el niño se va, el padre se rechupetea los dedos mientras se come el bocata que ha robado a su hijo. Y es que no todo van a ser familias felices, ¿no?


Poco más he hecho. He vuelto a casa, me he duchado, he preparado algo de cena (tengo que comprar más bolitas de mozarella) y he hablado un rato con mis padres después de mucho pelear con Skype. Ahora voy a ver si internet quiere volver a funcionar, a prepararme un vasito de leche con miel, y a no tardar para irme a dormir que mañana hay que madrugar...

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