domingo, 1 de noviembre de 2009

Chim, pam, pum, bicis "nuevas" y cicatrices en la cara

El jueves, después de escribir por última vez, lo único que hice de provecho fue ir a la clase de italiano, a enterarme de muy poco, como siempre. Y a la vuelta, le dije a Silvia todo lo que pensaba de ellos, y de que fueran a dejarme tirada en mi fiesta de Halloween. Y después de eso, me subí a casa porque entre que no me apetecía demasiado salir, y que el viernes tenía clase a las 10, era lo mejor que podía hacer...


El viernes pretendía ir a la lavandería, pero por unas cosas y por otras no pude ir (se me empieza a acumular la ropa sucia), pero estuve en clase, y luego en una reunión del RadioSpazio Creativo en la que intenté enterarme de algo, y se puede decir que de algo me enteré. Luego iba a ir a casa de Estrella, pero entre que no sabía dónde vivía, que mi móvil se había quedado sin batería y que aunque llevaba el otro, no encontraba la agenda, tuve que volverme a casa y cuando llegué me dijo que no hacía falta que fuera porque iba a dormir. También al llegar a casa llamé a Carlos y también a él, como a Silvia el día anterior, le dije qué pensaba, y que a eso en mi pueblo (irse a patinar cuando yo había organizado una fiesta) se le llama dejar tirada. Me intentó convencer para salir, y la verdad es que las pocas ganas que pudiera tener se me quitaron. También Bea me llamó, porque Carlos le había dicho que estaba cabreada y demás... Pero si salí fue porque no he venido aquí a amargarme, sino a pasarlo bien. Y sí, lo pasé bien: me fui a casa de Silvia, y en la puerta estaba Estrella. Estuvimos allí un rato, y al bajar pasamos por la pizzería de las cervezas y como apenas había cenado me compré una porción de margherita. Salimos, y pensamos que no teníamos cómo abrir las cervezas, así que decidimos entrar a que los de la pizzería las abrieran. Sería la primera de tres veces...


Estuvimos haciendo botellón en las gradas del Palazzo Nuovo, y la verdad es que cuando llegamos éramos los primeros. Nos sentamos, y vi que enfrente estaban Jesús y Sara, con un italiano (Vittorio, o Emanuele) y se vinieron con nosotros. Ya empezó a llegar gente, y Estre y yo nos quedamos con ganas de hacer “chim,pam,pum” a alguien en la cabeza con una botella de cerveza vacía. Pero como la violencia es mala, nos contuvimos. Volvimos a la pizzería a por otra cerveza y a que nos las abrieran... Y volvimos a las gradas. Allí había otras chicas de Bellas Artes, y estuvimos con ellas el resto de la noche. Y hablando con unos y con otros, que yo no pertenezco a una secta que me impida relacionarme... Y después de otra visita a la pizzería, y de que los de allí ya nos conocieran, nos fuimos al Lapsus, que para algo era viernes. Y ahí estuvimos hasta que nos echaron. Cuando llegué a casa, a eso de las 6, me eché a dormir pensando que en un rato tenía que levantarme para ir al mercadillo de Piazza della Repubblica a por nuestras bicis.


Y aunque habíamos quedado a las 12, me levanté a las 11.45 y vi que Estrella me había llamado tres veces, así que le llamé con mi voz de recién despierta después de una noche de juerga y con una garganta que ya de por sí estaba cascada... Así que me preparé un vaso de leche con miel y un sandwich de nutella, miré qué bus o tranvía me dejaba cerca y nada más bajar, llegó el 16. Y fui yo la que tuvo que esperar...


Y en Piazza della Repubblica fue donde me salió el venazo consumista: verduras, medias, calcetines gordos, un vestido, un exprimidor, un rayador de queso y, por supuesto, una bici. Aunque eso fue lo que más nos costó, porque pretendía que le diéramos 35 euros por una bici que tendría más años que nosotras dos juntas, y encima sin cadena. Al final el tío me dio su cadena, o eso me dijo, y nos dejó todo (las dos bicis y una cadena) por 55 euros. Eso sí, mi bici es de lo más hortera... Y encima tenía el sillín demasiado alto para mí, y tuvimos que pasar por otra tienda de bicis (esta vez sí era tienda) para que me lo bajaran. Menos mal que el brasileño era majo y no me cobró nada... Así que después de que casi nos atropelle un tranvía nada más estrenar nuestras bicis, nos fuimos a casa de Estrella a comer, y allí preparamos los tomates y... ¡el salmón! Después de ni se sabe cuánto tiempo, comí pescado fresco.

Y nos vinimos a casa. Con las bicis, por supuesto. Intentando no matarnos (vamos 2-1). Pasamos por el Lidl a comprar algunas cosas que me faltaban, allí se me cayó un paquete de palillos que quedaron desperdigados, y unos me dijeron algo que no entendí. Pero me dieron miedo.


Una vez en casa, me puse a recoger un poco, me di una ducha y me lié a hacer la cena, aunque aún no sabía cuánta gente vendría. De hecho, algunos lo decidieron mientras hablaban conmigo por tuenti. Y aunque por un momento vi que la fiesta iba a ser a oscuras porque se fundieron los plomos, y tuve que salir a la escalera en pijama y zapatillas para volver a dar la luz, todo salió bien: Al final fuimos 12, y aquí estuvimos hasta las 3, contando chistes y pintándonos, que para eso era Halloween. Y aunque llevaba toda la semana haciéndome a la idea de ir de bebé zombie, a última hora me dio vergüenza salir a la calle en pijama, y como el vestido que me había comprado era de trozos (cómo no), termine disfrazándome de Sally (la de Pesadilla antes de Navidad) y buscando a Jack, pero no apareció. Nos fuimos a Alcatraz, y otra vez, por segunda vez en mi vida, acabé subiéndome a algo y bailando. Me sorprendo a mí misma...


Acabé acostándome a las 6 y media, quitando un poco los trastos de en medio. Y hasta la 1 y pico que me he levantado hoy. He recogido un poco la casa, me he conectado y cuando he terminado de comer he decidido irme un rato con la bici, aunque parecía que hacía un día de perros. Me he ido por el Valentino, siguiendo el río, y cuando me he cansado de ese lado he dado la vuelta, he ido a comprobar si los domingos abre la lavandería, y he seguido por el otro lado del río. Sobre las 6 he llegado a casa, me he puesto a recogerla (aunque había recogido ayer, estaba hecha un asco), me he dado una ducha, he lavado toda la ropa que tengo que lavar a mano, y he cenado mientras me peleaba con Wind. De hecho, creo que no voy a poder subir esto hoy, porque no sé por qué extraña razón no me deja conectarme... Pero creo que con lo poco que he dormido este fin de semana, aunque sólo sean las 11 de la noche, me voy a echar a dormir ya, que mañana pretendo hacer algo de provecho con mi vida. Veremos a ver si lo hago o no.

8 comentarios:

  1. Eres un coñazo, y haciendote la víctima solo cansas a la gente.

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  2. Si soy un coñazo no sé qué cojones haces en mi blog. Y es muy valiente decir las cosas de forma anónima...

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  3. Estoy aquí para vigilarte.
    "Me gusta decir las cosas como las pienso, moleste a quien moleste" y esto no es verdad.

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  4. A la gente que realmente me importa le digo las cosas como las pienso, de los que me son indiferentes paso, porque me dan igual...
    Y no necesito que nadie me vigile, que para eso me voy a gran hermano

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  5. Ni caso. Detrás de una pantalla somos todos muy valientes. Lo más triste de todo es que ha estado pendiente por si contestabas. Patético.

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  6. ANÓNIMO, TÚ SI QUE ERES UN COÑAZO Y DEJA DE COMENTAR EN BLOGS AJENOS Y MENOS PARA INSULTAR A LA GENTE...

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  7. jajajajajajaja, encima me censuran.

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  8. anónimo, dejaré de censurarte cuando tú dejes de insultarme, que no he creado esto para que me insulten...

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