jueves, 24 de septiembre de 2009

URJC: La ineptitud hecha universidad


Ayer fue un día de muchos cabreos. Primero con la matrícula: no la pude hacer porque el portal servicios se empeñó en que tengo que coger créditos de libre, y no. Ese fue el primer cabreo de la mañana. Desistí de hacerla, y como se me terminó internet, para variar, me fui al infopoint a gorronearles. Y allí me encontré con el segundo cabreo: un e-mail en el que me contaban que han cambiado al coordinador de erasmus, con lo bien que me cae Jose Ramón... Así que este nuevo, a saber quién es, cómo es, y si piensa ponerme alguna pega de las asignaturas que voy a hacer. En el infopoint también les pedí que me imprimieran otro certificado de llegada, y que me pusieran que voy a estar aquí diez meses. A lo primero no me pusieron ninguna pega, a lo segundo me dijeron que el nuevo coordinador tiene que decírmelo por escrito. En fin... gentuza. Así que me fui a clase, a no entender nada de nuevo. Menos mal que estaba la chica siciliana que me pasa todos sus apuntes. Y me acompañó a enviar los certificados por fax, y como en España los funcionarios trabajan más bien poco, no había nadie. Yo estaba histérica, porque según ellos (aunque esto me lo dijeron ayer), hasta que no enviara esto, no me empiezan a pagar la miseria que me van a dar, pero que bienvenida sea.


Decidí irme a comer, porque si no me cerraban la mensa, y cuando volví a intentar enviar el fax, ya pude. Así que una preocupación menos. Y como me quedaba una hora hasta ir a ver mi casa, hice tiempo entrando en los 20 duros que descubrimos al lado de la facultad, dando un paseo por Vía Po, y comprando un heladito de esos que hacen aquí, que están muy ricos.


A las 4 y cuarto había quedado con la tal Cristiana, y fui a ver mi casa. Los cuatro pisos por la escalera me mataron, y tengo un pasillito enano para entrar, y no sé si era porque estaba llena de cajas, o porque al ser buhardilla parece más pequeña, pero es muy chiquitita. Eso sí, mi mayor preocupación era que el baño no fuera un agujero en el suelo (y no lo es). Y de verdad las vistas son el monte de los capuchinos. Firmé el contrato, solté casi 100 euros, y el día 1 me voy para allá. Tengo ganas ya, porque ahora mismo tengo el puesto de la más veterana de los españoles en el ostello. Y no es algo de lo que me sienta orgullosa, más que nada porque los demás ya tienen sus casas.


Después de eso me fui a casa de Silvia y Jose, y me invitó Silvia a un té mientras nos contábamos un poco la vida, y le tomé la palabra cuando me dijo que el día 1 me ayudan con el traslado. Y es que va a ser muy divertido cuando tenga que subir los 4 pisos con la maleta...


Y decidí venirme para el albergue, por eso de ducharme y de prepararme para la fiesta. Llegando al puente me encontré con dos chicas que me dijeron que los supermercados de por aquí estaban cerrados, así que me fui con ellas para comprarme una cervecilla para la noche. Y me contaron que con casi el contrato de la casa firmado, les habían dejado en la calle. Así que no me quejaré demasiado, que yo tengo mi casa asegurada.


Después de una duchilla, de conectarme un poco a internet, y de prepararme más o menos poco para salir, y de mucha cháchara, nos fuimos unos cuantos al parque Valentino. Pensábamos que iba a estar allí todo el mundo, pero sólo había otro grupillo. Tuvo su gracia porque llamé para ver dónde estaban, y resultaron ser el grupito que estábamos viendo enfrente. Así que nos juntamos, y nos tiramos en la hierba a reírnos un rato. Menos dos portugueses, éramos todos españoles. Luego nos fuimos a lo que era la fiesta erasmus, en el 21, y todavía no sé de nadie a quién le gustara el ambiente: música de esa que yo odio, un montón de tíos al acecho como si estuvieran de caza, y demasiadas cosas que no me gustaban. Así que a las 2 decidí volverme e irme a dormir, que no estaba yo para mucha juerga, y mucho menos para ese tipo de juerga.


Y hoy mi móvil ha decidido no despertarme. Se quedó sin batería, y cuando me he querido levantar eran las 10 menos cuarto. O eso me han dicho. Así que ya no he podido ir a clase (era a las 10), y como en el fondo soy una chica responsable, lo que he hecho ha sido bajarme al supermercado a por un poco de jabón de lavar la ropa a mano, y ahí me he ahorrado 8 eurazos. Y como encima hacía un día de esos que me han dicho que hay pocos en Turín, pues he podido tender la ropa.


Carla, Fran y yo nos hemos puesto a hablar y a hacer tiempo para irnos a comer, y en a mensa hoy me he gastado el poco dinero que me quedaba. Así que ahora tendré que buscar un cajero para dejar de ser tan precaria. Después de comer hemos hecho sobremesa con los de Valladolid, y estábamos muertos de sueño, así que nos hemos ido al ostello para una buena siesta. De 5 a 6 y media pasadas. Y ahora son las 7 y 20 y nos iremos al bar que tiene wi-fi y a cenar a la mensa, que no está la cartera para ir a cenar por ahí todos los días (La mía, concretamente, ahora mismo está vacía).


Hoy no hay planes de salir, así que si internet se digna a funcionar, quizás pueda daros el coñazo un ratito por skype y msn.

1 comentario:

  1. Non ti preocuppare ragazza!
    Algo que aprenderas de Erasmus con nuestra universidad (y mas en Italia) es que cada cosa lleva su ritmo y que no debes agobiarte. La leccion mas importante de ahi: aprender a relajarse xa disfrutar cada momento. Ya sabes, todo pasa x una razon, incluso lo que mas nos cabrea :)

    jo, a ver si me dan la ayuda que te dije xq hoy es de esos dias tontos que me he levantado con unas ganas tremendas de ir a verte y ver como son esos sitios q nos cuentas y que tan bien suenan... (estoy sensiblona)

    Ah y ya ves que leo tu blog!

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