¿Quién me iba a decir a mí que cuando llegara a Turín no iba a hacer más que llover? Eso a mi garganta no le viene nada bien, la pobre ya venía resentida de Madrid y tanto agua no hace sino fastidiarla más. Pero quitando ese pequeño detalle, me encanta esta ciudad.
Ayer decidí tomarme la tarde libre. Pensé en echarme una buena siesta, ya que me había levantado a las 6 y estaba algo cansada del viaje y de haber tenido que tirar un rato de las maletas. Por suerte, fueron a buscarme al mismo sitio que me dejó el autobús, y me dejaron en el mismísimo albergue. Eso sí, como cuando llegué la recepción estaba cerrada, me tocó subir todo el maletón a mí sola por una escalera muy poco agradecida.
Y estaba yo haciendo chanchullos con mis maletas (no os he contado que en Barajas me hicieron abrir la del equipaje de mano porque confundieron la fruta con... no sé, pero me lo imagino) cuando llegó mi primera compañera de habitación, una albanesa, con la que estuve chapurreando italiano. Cuando se fue, leí... 4 o 5 minutos. Me caía de sueño, pero en vez de dormir, me fui. Estuve viendo el centro, callejeando, buscando dónde voy a vivir (no lo encontré) y, cual guiri, haciendo alguna que otra foto. La verdad es que estaba haciendo tiempo para ir a cenar, ya que me habían invitado.
Paseé por Via Po, por sus soportales, vi alguna que otra plaza, y como tenía sed entré a un supermercado: ahí me asusté con los precios. No sé si será porque era el centro, porque hoy en otro las cosas no me parecían tan caras. Claro, que no pienso ir a hacer la compra al de hoy, ya que estaba a tomar por saco a la derecha.
Bueno, después de cenar, de haber estado hablando itagnolo y de haberme quedado embobada con un bebé (Clara), me trajeron al albergue y aproveché para que me guarden unas cosas. Lo dicho: menos mal que conozco a alguien, si no habría sido todo más dificil.
Y llegamos a hoy. Aunque son las 4 de la tarde (lo sé, lo sé, lo he subido mucho después, pero aprovecho para escribirlo cuando no estoy conectada a internet, que las medias horas se pasan volando) el día ha sido bastante intenso.
Aparte de que la lluvia me haya despertado, y de que tenía la esperanza de que pararía de llover antes de levantarme, a las 8 estaba arriba. Y es que el desayuno aquí es tirando a pronto, y además quería aprovechar la mañana. Así que entre unas cosas y otras, a las 9 menos algo he salido del albergue, y he probado el metro de Turín. Y allí me he encontrado a un grupo de gente de Valladolid que también estudian periodismo: les he oído hablar español y con todo el morro les he preguntado de dónde eran. Y daba la casualidad de que también iban a hacerse el codice fiscale, así que como quien no quiere la cosa, me he ido con ellos. Y después de llegar a la oficina, he tenido que ir a buscar un sitio para hacer fotocopias del DNI, sitio donde me han clavado, por cierto... Pero ya está hecho, una cosa menos.
Desde allí yo me he ido por mi cuenta. Y es que tengo la suerte de tener casa, aunque no pueda entrar hasta el 1 de octubre, porque aquí la gente está como loca buscando y sin encontrar, o encontrando sitios muy raros. Así que he vuelto a Via Po, y he recogido un certificado de la universidad diciendo que estoy aquí. Y es que el siguiente paso era ir a hacer el carnet de la mensa, para comer y cenar por 2.50€. Parece ser que al final no me voy a morir de hambre... Y después de llamar a muchas puertas preguntando si eso era el EDISU, lo he encontrado, y ya puedo ir a comer cuando quiera. Tendré que acostumbrarme a los horarios: de 12 a 14 y de 19 a 21. Igualito que en Madrid...
La vuelta he decidido hacerla por al lado del río, y sin darme cuenta he llegado al Parco Valentino y otra vez me he emocionado haciendo fotos. Y he descubierto un castillo medieval, que creo que es el Borgo Valentino. Sea lo que sea, me gusta.
Y entre quedarme dando vueltas bajo la lluvia o volver al albergue, he decidido lo segundo. Y ahora mi gran dilema es: son sólo las 4 de la tarde, llueve, y para llegar a la civilización hay que bajar una cuesta bastante importante, aunque no es bajar precisamente lo que más me preocupa. Pero todavía me queda comprarme un móvil, y no estaría de más descubrir dónde está la universidad. La verdad es que lo único que apetece es tomarse un chocolatito calentito, y meterse debajo de una mantita con un buen libro después de una de esas duchas relajantes... Qué dilema...
PD: Hoy sí que he encontrado la Via dei Mille, la calle en la que voy a vivir, y he estado buscando cuál es mi edificio, pero no me acordaba del número exacto. Así que he grabado las imágenes en mi cabeza, y al encender el ordenador he mirado las fotos que tengo de la casa. No me acuerdo de qué número era, pero ya sé dónde voy a vivir.
PD 2: Vaya testamento os he escrito, no os podréis quejar de que no haya dado detalles. Y quién sabe, quizás luego os cuente el resto del día antes de subirlo. Ahora, de momento, voy a decidir qué fotos os enseño y qué hacer con mi vida las próximas horas. Aunque con lo bien que va internet en el ostello, lo mismo no puedo subir ni una foto... Dicen que es la intención lo que cuenta.
iba todo genial hasta k, llegando al final, pusiste KIZAS jajajaja es bromaa, ta wayy tu dia y espero k sean muxos mas con buen animo, k es lo importante, disfrutaa de cada momento
ResponderEliminar¿Testamento? Qué vaaaaa :P
ResponderEliminarSólo es EL DIARIO DE ANA... GONZÁLEZ, chun chun (chiste malo, con esto me voy, que he quedao mal xDDD)
jo ani, q recuerdos leer esto jejeje aprobechalo todo lo que puedas, que veras como luego los primeros dias y las cosas mas insignificantes son las que mas recuerdas (al menos en mi caso).
ResponderEliminarsolo me preocupo una cosa... y es eso de que ahora te haya dado x encandilarte con los babys, xo en fin eso ya me lo tendras que explicar mas detenidamente jejeje
perdon x la falta de ortagrafia de "aprobechalo", se de sobra que es con V xo me di cuenta tarde y no me deja borrarlo. en mi defensa dire que llevaba casi 36 horas sin dormir (una siesta de 4 arreglo algo)
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