La vuelta fue sin enterarme de nada, porque allí nos encontramos con otro chico albanés, y yo con cara de “Ani, asiente y sonríe”. Eso sí, me regalaron dos flores... ahí lo dejo...
Ya en el albergue me preguntó una chica en inglés dónde podía cenar, y algo me dijo que es española: de Asturias, concretamente. Y después de mi rato de vicio hablando con algunos de vosotros (antes de que, como siempre, se me cortara sin avisar) estuvimos un buen rato contándonos la vida.
Creo que ayer fue el día que más tarde me he ido a dormir, y tampoco lo era mcho: las 12. Después de leer un rato, eso sí. Vaya vicio de libro (Lore, gracias por dejarme el “Crónica de una muerte anunciada”).
El día hoy me ha animado: tenía pinta de que seguía haciendo bueno, calorcito y tal. Pero engañaba, y menos mal que he cogido la chaqueta porque si no me hubiera tocado volver a subir al albergue... Y con esa cuesta, te lo piensas dos veces. Como tampoco tenía nada que hacer, he decidido explorar el otro lado del río. He ido hasta otro puente, Isabel no sé cuantos, y he dado la vuelta por el Parco Valentino. He intentado llamar a la casera, pero como no contestaba, he optado por el sms.
Y poco más he hecho por la mañana: me he ido al infopoint a gorronearles un rato de internet: he visto mi nota (malditos Víctor Sampedro y Jose Manuel Sanchez, que me han suspendido), he mirado correos, facebooks y demás. Y cuando he decidido irme, me han dicho dónde podía ver los horarios: entre que no me acordaba de todas mis asignaturas y que la mitad han desaparecido, es un coñazo. Pero bueno: paciencia. También he aprovechado para hablar con Lore y el Señor Pato (il Signore Papero), para que me contaran alguna novedad, y de paso contárselas yo.
De allí he ido a la mensa, y pensando que era una especie de tortilla de patata (ilusa de mí), me he pedido una cosa que estaba asquerosa, y no sé qué era. Pero tenía buena pinta. Pero estaba asquerosa...
Pensaba tomarme un capuccino, pero me apetecía una siestecilla... al final han sido dos horas de siestecilla, ya sabéis, por no perder las buenas costumbres... Cuando me he despertado, me he puesto a hablar con otra compañera de habitación: esta es polaca, y también es majilla. Aunque no he conseguido explicarle qué es una mansarda (lo que viene siendo, mi buhardilla). Y también hay otra chica griega.
Como no era plan de tirarme toda la tarde en el albergue, he ido al supermercado a comprar algunas tonterías, y como no me apetecía subir la cuestam, he ido a por el tan ansiado capuccino, y mientras me lo tomaba (y mientras los de la mesa de al lado me ahumaban con su tabaco) he escrito un par de postales.
Y ya con las energías renovadas para volver a subir la dichosa cuesta, he vuelto al albergue, y después de hablar otro rato con la polaca, me he venido a la sala esta a socializarme. Y acabo de conocer a una gente de Canarias, y a ver si me entero de cuándo es lo que hay esta noche, que aunque sólo vamos los españoles, no está de más conocer gente, sea de donde sea. Aunque ya he dicho que no quiero relacionarme sólo con españoles... Y a ver cuándo empiezo a conocer a italianos buenorros, para elegir, y elegir algunos para cuando vengáis a verme... (a ver si así os decidís).
Bueno, mañana os cuento novedades. Aunque no sé cuándo lo subiré, porque dudo que hoy me conecte, que ya me está entrando el estrés: ahora son las 8 menos cuarto, tengo que ir a cenar, y parece ser que se ha quedado a las 10. Veremos a ver cómo se da la noche, y si no llueve.
La cosa asquerosa ¿por casualidad era polenta?
ResponderEliminarExigimos foto de la albanesa. Ya estás tardando.
Anii qué tal? te leo siempre ehh Veo que te desenvuelves bien por esas tierras jejeje Actualiza y cuéntanos qué tal te ha ido hoy! Bss
ResponderEliminar