Los tres últimos días en Turín han sido algo raros. Raros por los preparativos de la vuelta. Raros por las despedidas. Raros porque una parte de mí no quiere despedirse de esta ciudad hasta el año que viene, pero la otra está loca por pisar suelo madrileño.
El lunes por la
El martes me levanté justo para ir a clase, comí corriendo, me di una ducha rápida y aún así, llegué tarde. Y después de eso, me fui a casa de Estrella a hacer galletitas de navidad. Y aunque nos quedaron más o menos monas, hay que reconocer que cuesta comérselas, no porque estén malas, sino porque están un poquito duras. Vamos, que se pueden utilizar como arma arrojadiza. Pero de sabor, están ricas. Y como las de Pucela volvían al día siguiente a España, quería despedirme de ellas, así que me invitaron a cenar. Y me tocó esperar al tranvía durante 35 minutos, porque Sara logró convencerme. Estuve ayudando a Camino con la cena (hizo su primera tortilla de patata, yo me limité a batir los huevos), y después de las despedidas, y de convencernos de que serán solo tres semanas, si es que no nos vemos antes, Pedro y yo nos bajamos a coger el último tranvía. Último tranvía que no pasó, y esperé a otro que me dejaba relativamente cerca de casa. Llegué a punto de congelarme, y para variar me conecté.
El miércoles amaneció a las 3 de la tarde. Cuando vi el despertador, no me lo podía creer. Así que me levanté y me fui a hacer todo lo que tenía que hacer: alguna que otra compra, intentar conseguir los libros que me tengo que leer y, como era pronto cuando volvía a casa, pretendía irme a hacer fotos. Menos mal que se me ocurrió comprobar si tenía batería en la cámara, y no se encendía ni siquiera. Así que pospuse el plan para mi última tarde del año en Turín, y empecé a hacer la maleta y a organizar un poco la casa.
Y hoy, jueves, mi último día del año en Turín... Me he despertado tarde, pensando en que no iba a dormir apenas. He comido y he aprovechado la luz del día para ir a hacer algunas fotos. Cuando empezaba a anochecer, he vuelto a casa, he cogido la ropa sucia y me la he llevado a la lavandería. Al salir, he estado media hora esperando al tranvía (ese mismo que el otro día no apareció) y cuando se me ha ocurrido mirar hacia el otro lado, ya a punto de congelarme y sintiendo cuchillas en los dedos, he visto que había uno en esa vía, supon
Yo hoy estoy en plan vigilia también, mañana por la mañana comienzan mis vacaciones (que serán un poco más largas), me espera un día duro de viajar y no me viene sueño... Que pases una feliz Navidad en Mostoles!
ResponderEliminaránimo con la noche de vigilia... Y feliz navidad a ti también, nos vemos el año que viene en Turín :D
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