jueves, 25 de marzo de 2010

Volviendo a vivir la vita torinesa!!!

Después de un tiempo en el que, reconozco, y me han recordado, que no he estado al 100%, vuelvo a ser la misma de siempre (o no), y vuelvo a no encerrarme en casa como si fuera una ermitaña antisocial que no quiere saber nada del mundo...

Algunos días he ido a la mensa, alguno que otro también he ido a clase (intento ser responsable, lo prometo, pero bueno, puedo decir en mi defensa que es porque algunas noches me quedo hasta tarde leyendo los libros de clase y cualquiera se levanta para llegar a clase a las 8 de la mañana...)

Pero sin duda, he descubierto que las "noches Lapsus" son las mejores. Son las mejores juergas, de esas que dices "sólo salgo un rato, volveré pronto a casa". Y por supuesto que vuelves pronto, a eso de las seis de la mañana... Eso pasó el viernes pasado, y mira que la noche empezó mal... Os cuento: habíamos quedado para hacer botellón en la plaza de la biblioteca nacional, aprovechando el buen tiempo que hacía. Yo iba tan feliz con mis dos cervezas, y por el camino la bolsa se rompió, y vi cómo una de las cervezas se estampaba contra el suelo, no resistiendo el golpe... Fue duro llegar al botellón con solo una cerveza, y me tocó ir hasta la pizzería a por otra, y de paso, a por una porción de pizza... Y a eso de las, bueno, en realidad no sé qué hora sería, nos metimos al Lapsus, ese gran antro... Y allí estuve bailando y demás, hasta que nos echaron...

El sábado por la mañana, cuando me desperté, vi qué podía comer y llamé a Sarita para ver si se venía a Repubblica, y allí aproveché para comprar fruta, porque no tenía nada. Vinimos a casa a dejar las cosas y nos fuimos a tomar el aperitivo con Juan y sus primas, pero al final el Obelix estaba tan hasta arriba que terminamos cenando en un restaurante, que por cierto, no tenía nada que envidiar a las pizzas de cualquier otro sitio, y de allí nos fuimos a la Drogheria a tomar un cóctel: un martini cioccolato por el que me clavaron 6 eurazos. A eso de las 12 yo estaba que me caía, así que Sara y Camino me acompañaron a casa y a que Sara cogiera sus cosas. Me puse a ver un capítulo de alguna serie y a hablar con Carlos por el chat de tuenti, y me quedé dormida... A las 4 me desperté y apagué el portátil, y me volví a dormir...

El domingo aproveché el día.Recuperé sueño perdido, estuve leyendo y salí a correr por el Valentino, y me sorprendí a mí misma de mi aguante... Pero fue uno de esos días antisocial en los que no vi a nadie.

El lunes mi intención era haber ido a clase de visiva, pero como ya he dicho, ¿a quién se le ocurre poner una clase un lunes a las 8 de la mañana? Así que me levanté, comí algo y me fui a Linguaggio Televisivo, y nos fuimos una hora antes porque no había quién se concentrara... Y de allí, a tomar un café en donde yo no tomé nada, y a casa.

El martes tampoco me levanté para ir a clase, porque el despertador no sonó, o sonó pero no lo oí. También salí a correr, y me volví a sorprender, y por la noche habíamos quedado para un aperitivo de despedida en casa de Alex y Espe. Entendí que vivían en Vía Goito, y allí que me fui andando, con una bolsa llena de huevos rellenos, y cuando llegué vi que el número que supuestamente era el suyo no existía, así que les llamé y no me lo cogieron, pero como sabía que Eva ya estaba allí, la llamé a ella. Resulta que era en Via Giotto, así que me fui hacia Madama Cristina a coger el 18, y mientras iba contando las novedades de la semana a Estre, que acababa de volver. Cuando llegué estaba allí casi todo el mundo, y vi que había dos fotos de cada uno pegadas por las paredes. Con ellas estuvimos jugando al Quién es quién (no sin preguntas malvadas) y luego cogimos papelitos para ver a quiénes les teníamos que dedicar nuestras fotos. A mí me tocó dedicarles a Andre y a Darío, y a mí me dedicaron Andre y Miguel (me llevé la foto más cotizada de la noche). Estuvimos cenando, marujeando entre Camino y yo (tenemos una conversación a medias) y la mitad se fueron. Nos quedamos Andre, Espe y Alex (que para eso era su casa), Jesús, Sara y yo y después de otro de esos cócteles de Jesús que subían bastante, nos fuimos andando hacia el XO. Al llegar allí, la única que se dio cuenta de que estaba cerrado fue Espe, Sara y yo íbamos tan decididas, y los demás se habían quedado atrás. Así que nos fuimos al Giancarlo (no sin pretender robar unas cuantas sillas en Vittorio Veneto) y allí aguanté 15 minutos, me agobiaba bastante el ambiente (eso de no poder ni moverme y de llevarme empujones por todos lados todavía no es lo mío) así que me crucé la calle y me subí a casa. Eso fue a las 3 y media, y obviamente el miércoles tampoco me levanté... Sólo para ir a la mensa (me engañó Sara), y así fue como formé parte del Comité Organizador de la I Maratón Etílica Torino 2010, que estaba prevista para esta noche pero que las inclemencias meteorológicas han hecho que pospongamos. Estuvimos organizando todo entre Dani, Miguel, Sara y yo, y en eso me llamó Estre que tenía un descanso de clase, así que me fui a verla y a contarla las novedades que no se podían contar por teléfono, porque quería ver su reacción... Y de la cafetería de la Academia me vine a casa a leer, aunque lo que realmente hice fue echarme una siestecilla...

Y esta mañana prometo que mi intención era haber ido a Web Design, pero he visto el día de perros que hacía y me he quedado en la cama. Hasta que ha vuelto a llamarme Sara para convencerme otra vez de ir a la mensa, y allá que hemos ido, con su carro de la compra naranja fosforito (para ir a por las provisiones para la maratón) aunque hemos tenido que deliberar, y decidir que lo mejor era posponer el evento hasta nueva orden. Y mientras tomábamos un café (ay, los marocchinos, qué vicio...) y esperábamos a que vinieran Carmen y Cris nos contábamos nuestras vidas e intentábamos arreglar el mundo. Cuando han llegado ellas, hemos sido lo que más se oía en la cafetería de Via Verdi con nuestras risas escandalosas (hablando del "hombre desnudo", de los conjuntos y de otras cosas por el estilo) y nos hemos ido al Lidl, donde nos hemos encontrado a un hombre bastante extraño que nos ha empezado a guiñar el ojo y a hablar en español raro... Sara me ha acompañado hasta casa, he subido las cosas, he publicado la nueva deliberación en Tuenti y me he bajado al Crai a por unas cervezas. Y ahora he hablado con mi padre, con Estre, con Carlos, con Espe y con Lore, y voy a darme una ducha y a arreglarme para esta noche, que hemos quedado en casa de Espe para ir luego a Chalet. A ver qué tal se da...

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